Comprar en un nuevo mundo
En la primera parte de nuestra colección Navegando la Nueva Normalidad, analizamos cómo han cambiado los patrones de consumo y los hábitos de compra a la luz de la pandemia del COVID-19. ¿Qué tendencias han surgido y cómo reaccionan las industrias?
En 2020, el mundo cambió con la aparición del COVID-19. ¿Qué ha supuesto esto para los consumidores de todo el mundo y para las industrias que les sirven? Para los primeros, factores como la incertidumbre económica, una mayor atención a la salud y el bienestar y una necesidad de aislamiento.
Comercio digitalizado
Como la vida ha cambiado tal y como la conocemos, no es de extrañar que el comercio electrónico haya aumentado enormemente y que los consumidores se centren en los productos esenciales. Por ejemplo, en China. El país ha visto un gran impulso a la compra de comestibles en línea, con especial atención a los alimentos y bebidas más saludables. Y, según una encuesta de McKinsey, tres cuartas partes de los encuestados declararon además que querían seguir comiendo de esta manera en el futuro.
Cambio de hábitos de compra
En este nuevo mundo, los consumidores también parecen estar más interesados en productos que responden a su deseo general de ser más higiénicos, saludables y responsables con el medio ambiente. Esto ha supuesto un aumento de la demanda de productos de limpieza ecológicos y de alimentos locales y sostenibles. Además, y debido a las restricciones de seguridad que afectan a prácticamente todos los países, los hogares de la gente también se han convertido en escuelas, oficinas, gimnasios, etc., lo que ha hecho que se preste más atención a las esterillas de yoga, los equipos de fitness y los aparatos de gimnasia.
Y, con tantos puestos de trabajo perdidos o en peligro, junto con un mayor deseo de garantizar que los productos se fabrican en condiciones de trabajo limpias y seguras, los consumidores se toman sus decisiones de compra mucho más en serio.
¿Cómo pueden las empresas dar un paso adelante?
Las empresas de productos deben adaptarse a un mercado digital y, al mismo tiempo, demostrar a los clientes que son fiables y éticos. Esto incluye ofrecer una experiencia de autoservicio digital fluida y sencilla -sobre todo teniendo en cuenta el aumento de compradores online de mayor edad- y aprender a hacer que la gente vuelva a por más: ya sea mediante programas de fidelización, promociones, modelos de suscripción o plazos de entrega más rápidos.
Los fabricantes también podrían centrarse en adoptar una mentalidad más orientada a los objetivos, mostrando al mundo lo que pueden hacer con su plataforma: en una reciente encuesta de Deloitte sobre tendencias de marketing, el 79% de los 2.447 consumidores mundiales encuestados dijeron que recordaban si una marca reaccionaba positivamente a la crisis de COVID-19.
A lo largo del resto de esta colección, seguiremos profundizando en los factores que han impulsado las tendencias de consumo durante la pandemia, así como en el papel que ha desempeñado SIG para ayudar a los fabricantes a mantenerse ágiles y flexibles ante un cambio tan rápido. En la segunda parte, exploraremos en particular los efectos de la aceleración digital en el consumo - y cómo esto ha impactado tanto a los consumidores como a las empresas.
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- abril 15, 2021