Conociendo nuestros alimentos
Los consumidores quieren saber más. Sobre todo. Desde la composición de un producto hasta su contenido calórico. ¿También en la lista? Saber de dónde proceden los ingredientes. En la segunda parte de la colección La Trayectoria a la Transparencia, analizamos lo que esto significa para la industria de alimentos y bebidas.
Poner una etiqueta
Cuando alguien lee la etiqueta de un producto alimenticio o de una bebida, es probable que busque varias cosas. Dado que la salud y el bienestar son una megatendencia mundial que ha evolucionado hasta convertirse en una mentalidad global -especialmente a la luz de la COVID-19-, los consumidores quieren saber lo que se están metiendo en el cuerpo. Pero eso es sólo una parte.
Los consumidores de hoy en día también se preocupan mucho por la sostenibilidad, lo que provoca una gran demanda de información sobre la procedencia de los ingredientes. ¿Es el pollo local? Si no lo es, ¿qué hace la marca para compensar su huella de carbono en este ámbito? ¿Son las verduras de temporada? En caso afirmativo, ¿de dónde proceden y hace la marca algo para apoyar a las empresas locales más pequeñas?
Cómo cubrir de la A a la Z
Los fabricantes mundiales se han acostumbrado a la necesidad de una mayor transparencia de un extremo a otro de su cadena de suministro. En lo que respecta a las fuentes de alimentación, esto puede suponer muchos pasos. En primer lugar, hay que considerar lo que significa la trazabilidad en la producción de alimentos y bebidas. Según la Comisión Europea, se trata de rastrear "cualquier alimento, pienso, animal productor de alimentos o sustancia que vaya a utilizarse para el consumo, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución".
¿Por qué es importante la trazabilidad?
A continuación, para adoptar plenamente la trazabilidad, los fabricantes deben comprender por qué es tan importante. Además de ayudarles a cumplir con las megatendencias de consumo mencionadas anteriormente, la trazabilidad ofrece una serie de beneficios. Con un sistema de trazabilidad de los alimentos, los fabricantes pueden optimizar la gestión del inventario y mejorar la calidad y la consistencia de sus productos. Si se enfrentan a una retirada de productos por contaminación, pueden descubrir rápidamente el punto de origen y minimizar los residuos. Una mejor trazabilidad también ayudará a crear una base de clientes fieles, ya que los consumidores son más conscientes que nunca de la seguridad alimentaria.
Un futuro más claro
Con tantos profesionales sobre la mesa, es lógico que los organismos reguladores mundiales se centren más en la trazabilidad. Por ejemplo, la FDA, que en 2019 lanzó la iniciativa The New Era of Smarter FoodSafety. Uno de los objetivos de la iniciativa es mejorar la trazabilidad como forma de garantizar la seguridad alimentaria. También tenemos la estrategia Farm to Fork de la UE, que, entre otras muchas cosas, pretende reducir el fraude alimentario a través de una mayor adopción de, lo has adivinado, modelos de trazabilidad.
Tecnología y trazabilidad
Entonces, ¿qué significa esto realmente para los fabricantes? Significa utilizar tecnologías como la IA y el blockchain -entre otras- para garantizar la documentación de toda la vida útil de un producto. Tecnologías que pueden recoger datos para traducirlos en información legible, ya sea en una etiqueta física o a través de un dispositivo inteligente.
Mientras que la IA ya está en uso, la cadena de bloques aún no se utiliza plenamente. Y ello a pesar de las muchas oportunidades que ofrece. Con blockchain, los agricultores pueden controlar la salud de los cultivos y los fabricantes pueden retirar los alimentos contaminados de las estanterías de los supermercados de forma rápida y sencilla. Blockchain también puede ayudar a mejorar el transporte de alimentos al permitir a los fabricantes hacer un seguimiento de las condiciones ambientales en las que se conservan sus productos.
El código del éxito
Blockchain también está ayudando a mejorar la transparencia de las marcas al dar a los fabricantes más espacio para ser creativos con los códigos QR. Por ejemplo, hoy en día, un consumidor puede escanear un código QR y averiguar dónde se pescó el pescado que compra, o incluso el tipo de suelo del viñedo del que procede su vino. Y la razón por la que pueden acceder a esta información tan detallada -en una serie de formas innovadoras- se debe a que la cadena de bloques permite a los fabricantes acceder a una enorme cantidad de datos. Datos que pueden presentarse a los consumidores de una manera mucho menos compleja, simplemente escaneando un código QR.
Sea lo que sea que un fabricante quiera hacer con blockchain, el momento de intentarlo es ahora: se espera que el uso de la tecnología dentro de la industria de alimentos y bebidas aumente fuertemente en los próximos años, con analistas que predicen un crecimiento anual del 48,1% entre 2020 y 2025, de 133 millones de dólares a 948 millones de dólares.
El camino de SIG
Este crecimiento también está siendo impulsado por expertos del sector como SIG. Con soluciones como PAC.TRUST y Track & Trace, estamos ayudando a los fabricantes a satisfacer las nuevas y más elaboradas demandas alimentarias, tanto de los consumidores como de los reguladores. Permitiendo a nuestros clientes seguir todo el recorrido de sus productos al tiempo que optimizan la producción, al darles acceso a más datos en tiempo real que nunca.
¿Cuánto cuesta llevar un producto al lineal del supermercado? Vea nuestro vídeo para descubrirlo:
En la tercera parte de la colección La Trayectoria a la Transparencia seguiremos hablando de las ventajas de ofrecer a los consumidores una información precisa y completa. Sobre todo, cómo esta medida puede ayudar a los fabricantes de alimentos y bebidas a proporcionar etiquetas nutricionales y de alérgenos que sean sencillas e informativas.
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- junio 17, 2021