¿Cuáles son las complejidades del envasado del alcohol?
El alcohol, con su rica historia que se remonta a las primeras civilizaciones, sigue siendo intrigante. La evolución del alcohol y las bebidas alcohólicas se remonta a miles de años, en los que estas bebidas se han almacenado y transportado en una gran variedad de recipientes, desde calabazas huecas y frascos de barro hasta botellas de vidrio y, más recientemente, latas, bag-in-box y pouches.
En la actualidad, a medida que las cambiantes preferencias de los consumidores y las innovadoras tecnologías reconfiguran el modo en que se producen, comercializan y consumen las bebidas alcohólicas, ¿cuáles son las principales consideraciones a tener en cuenta a la hora de envasar alcohol? Nos adentramos en las complejidades a las que se enfrentan los productores en esta edición de Opiniones de los Expertos: Complejidades de la Categoría en conversación con Jackie O Dea, Marketing Manager, de SIG Group.
Conservando la perfección
Una de las principales consideraciones en el envasado de alcohol es la transición de oxígeno, ya que el contacto con las moléculas de oxígeno puede afectar tanto al sabor como a la vida útil de las bebidas alcohólicas. Por eso es crucial que los materiales de envasado tengan una barrera al oxígeno. Los productores también deben tener en cuenta el riesgo de que el alcohol reaccione con el material de envasado y afecte al sabor y la calidad de la bebida alcohólica.
Más allá del vidrio
El vidrio se asocia con lo premium y sigue siendo la primera opción para el envasado de alcohol a pesar de sus variados retos. Desde el desperdicio que suponen las roturas frecuentes y la complicada logística del transporte debido al peso y la fragilidad, hasta la enorme huella de carbono de las botellas de vidrio de un solo uso. A pesar de las alternativas probadas que ofrecen sostenibilidad y comodidad, la percepción de lo premium persiste en el envasado de alcohol.
El porcentaje importa
El alcohol por volumen (ABV), conocido como porcentaje de alcohol, es una consideración única para el envasado de alcohol. Por lo general, un máximo del 12-15% de ABV puede envasarse en una bag-in-box, lo que hace que el formato sea ideal para vinos, pero no para licores fuertes. El envasado en pouch flexible es el más adecuado para bebidas de bajo contenido alcohólico y baja viscosidad, como los cócteles helados.
El contenido alcohólico volumétrico es uno de los primeros aspectos que deben tener en cuenta los productores antes de decidirse por un envase y, además, la normativa puede variar de una región a otra. Por ejemplo, el ABV permitido para bag-in-box es menor en Asia que en Europa o América.
Satisfacer las tendencias de consumo con el formato adecuado
Los consumidores se orientan hacia un consumo consciente. Y ser conscientes de lo que consumen les lleva a moderar el consumo de alcohol, a utilizar ingredientes totalmente naturales y productos más ecológicos, sin perder de vista la sostenibilidad. Hoy en día, los productores tienen que satisfacer estas demandas tanto con su producto como con su envase, y los formatos de envasado innovadores pueden cambiar las reglas del juego.
De cara al futuro
El sector del alcohol está reduciendo su dependencia del vidrio y dando prioridad a soluciones sostenibles y rentables, lo que refleja un compromiso más amplio hacia un futuro neutro en carbono tanto por parte de los consumidores como de los productores. Los formatos de envase, como bag-in-box y spouted pouches, están desempeñando un papel clave más allá de la reciclabilidad, al elevar la proporción producto-envase y reducir la huella medioambiental global. En SIG contamos con diversos formatos de envases de bebidas alcohólicas para facilitar este cambio hacia envases más sostenibles.
En la próxima y última parte de la serie, revisaremos las opiniones de nuestros expertos sobre las complejidades de las distintas categorías. Suscríbete a nuestro boletín quincenal y recibe la noticia en tu bandeja de entrada.
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